Los rayos de luz pasan hasta la retina y allí se forman las imágenes; cuando se opacifica el cristalino impide el paso nítido de la luz y el paciente sufre una pérdida progresiva de visión.
¿Qué es?
La catarata es una patología ocular que consiste en la pérdida de transparencia del cristalino, la lente natural del ojo y a través de la cual pasan los rayos de luz hasta la retina y se forman las imágenes. Por esta razón, a medida que el cristalino se vuelve opaco, el paciente experimenta una pérdida progresiva de visión.
Los síntomas más comunes son:
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Visión borrosa; “nublada”
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Fotofobia (molestia excesiva ante la luz)
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Disminución de la sensibilidad de los colores, contrastes,
relieves y profundidad -
Dificultad para conducir de noche (encandilamiento)
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Pérdida de la seguridad al andar
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Aumento de la miopía (visión lejana poco nítida)
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Cambios frecuentes en la graduación de los anteojos
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Recuperación repentina de la visión de cerca
Para detectar su presencia se aconsejan las revisiones periódicas con el oftalmólogo a partir de los 40-45 años.
Las pruebas que se realizan en la consulta a los pacientes candidatos a cirugía de catarata incluyen:
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Test de agudeza visual y refracción
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Tonometría (toma de la presión intraocular)
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Examen con lámpara de hendidura (microscopio)
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Análisis de calidad visual
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Topografía (medición de la forma de la córnea)
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Microscopía Especular (recuento de las células internas de la córnea)
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Exploración del fondo de ojo
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Tomografía de Coherencia Optica (estudio de la anatomía del ojo y sus estructuras)
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Cálculo de la lente intraocular (Biometría)
La pérdida de visión por catarata es reversible quirúrgicamente.
La técnica más habitual es la facoemulsificación del cristalino, que consiste en desintegrar la catarata y aspirarla por ultrasonido.
Luego de extraída se coloca una lente intraocular (cristalino artificial) que se implanta sustituyendo al cristalino; ésta lente compensa los problemas de enfoque.
Se trata de una intervención breve, indolora, de rápida recuperación y ambulatoria (no requiere internación).
Es fundamental, la comunicación entre el paciente y el especialista, para determinar el momento adecuado y el tipo de lente intraocular idóneo para cada persona.
Tipos de lentes intraoculares
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Monofocales: diseñadas con un solo foco para la visión lejana.
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Multifocales: pueden ser bifocales ( visión lejana y cercana) o trifocales (visión cercana-intermedia-lejana).
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Tóricas: permiten corregir el astigmatismo, ya sean monofocales o multifocales.
Dependiendo de la elección de la lente se pueden corregir problemas como la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia.
Gracias a la tecnología actual no es necesario esperar a que la catarata sea limitante para el paciente.